Hoy ya me levanté mal, pero igual venía de hace unos días pensando en ello.
En verdad no quiero caer de nuevo, no quiero, me hizo mal y veo que lo seguirá haciendo por siempre. ¿Qué sentido tiene controlarte a vos mismo continuamente sólo por el hecho de querer ser subjetivamente perfecto? Y, peor aún, ¿quién asegura que la perfección es eso que creés? Nadie, sólo vos y tu mente enferma. ¿Quién más? Y crecés creyendo que tu mente jamás te traicionaría, porque es en quien podés confiar de verdad, ¿cómo te mentirías a vos mismo inconscientemente? Bueno, al parecer sucede.
Verte al espejo y ver todo lo que nunca quisiste ser. En realidad, es peor verte al espejo y darte cuenta de que a pesar de que nunca te importó el exterior de los demás, sí lo hace el tuyo. Es injusto, y duele saber que estás atrapada dentro de un cuerpo que no sentís tuyo. Que no querés que sea tuyo nunca más. Y por eso tendés a necesitar transformarlo, moldearlo para que se acerque a lo que querías desde un principio, sabiendo o no que eso al fin y al cabo va a terminar destruyéndote por dentro y por fuera.
Total, si sabés sumar y restar es fácil. Sumar calorías que ingerís, restar las que quemás con ejercicio. Y reducirlas más y más hasta que casi no haya nada. Una ecuación perfecta y autodestructiva, tan inteligente como estúpida. Y ahora me pregunto cuánto tiempo faltará para empezar a mentir de nuevo, mentirle a mis amigos, a mi familia, a quienes me importan. Mentirme a mí misma. Y caminar sin rumbo y rápido para poder deshacerme de todo como si fuera un tóxico que me quemara por dentro; sacarlo por la piel para que así se modele el exterior a mi manera. Claro, hasta que a mi manera ya no sea suficiente.
Lo que más bronca me da es que sé las consecuencias, sé lo que sucede perfectamente. Si voy a ser médica debería saberlo, y más que eso, investigué sobre el tema más que nadie. Pero hay un pequeño detalle. No me importa.
Y eso termina por corroer todo lo demás.
1 comentario:
Flaca no sabés como te entiendo. Un beeeso (:
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